El equipaje del Rey José& 160;: 28de Benito Pérez Galdós -Ya estamos solos -dijo Navarro a Monsalud.-Ya estamos solos, y en lugar a prop& 243;sito -repuso Salvador-. Podemos alejarnos del camino. La ...
... visajes, y carraspeando. Hasta el comedor donde Bailón preparaba el tablero de damas, llegó el olorcillo, y el clérigo acudió a las voces que le daba D. Pita: «Capellán, capellán, que estamos pasando ...
... se podía comer. ¿Verdad, Confusio, que no se podía comer?». Animadas por el tono tranquilo del clérigo entraron otras, entre ellas Donata, y se pusieron a recoger los despojos de la refriega. Apenas ...
... desherraba, y con todo esto acudía a mi madre para criara mi hermanico. No nos maravillemos de un clérigo ni fraile, porque el uno hurtade los pobres y el otro de casa para sus devotas y para ayuda ...
... lquiera: «¡Ah, señor caballero » Si iba alguno en coche, luego le llamaba señoría, y si clérigo en mula, señor arcediano. En fin, él adulaba terriblemente. Tenía modo diferente para pedir los días ...
El Grande Oriente& 160;: 8de Benito Pérez Galdós La logia era un sal& 243;n cuadrangular, muy mal alumbrado y peor ventilado, de techo plano y no muy alto, de paredes sucias y m& 225;s parecido a ...
De Cartago a Sagunto& 160;: 8de Benito Pérez Galdós El primer amigo con quien tropec& 233; en los pasillos fue Moreno Rodr& 237;guez, a quien deb& 237; las referencias que me dieron un rumbo fijo en ...
Mendizábal& 160;: 27de Benito Pérez Galdós Sali& 243; D. Fernando Calpena del ensayo de Antony con un grave aumento de la locura que ya por sus exaltados amores padec& 237;a, y al despedirse de su ...
... viejo. Cogiéronse del brazo los consortes y avanzaron afectando la mayor compostura. El clérigo, al pasar junto a ellos, les miró mucho.«Paréceme -indicó la esposa, agarrándose más al brazo ...
La campaña del Maestrazgo& 160;: 23de Benito Pérez Galdós Muy consolado el uno en sus fatigas amorosas, satisfecho el otro del buen giro que a su parecer tomaba el asunto en que como consejero ...
... llegarse hacia ella a una persona que la inspiró mucha confianza. Dio algunos pasos hacia aquella persona, que era un clérigo de más de mediana edad, gordo y pequeño. Venía con su rosario en la mano ...
De Oñate a La Granja& 160;: 9de Benito Pérez Galdós Para ver gente buena, de esa que con un codo toca al pueblo, y con otro a la aristocracia, ning& 250;n sitio como el Estamento de Procuradores, que ...
La catedral& 160;: 2de Vicente Blasco Ibáñez Desde los tiempos del segundo cardenal de Borb& 243;n, era el se& 241;or Esteban Luna jardinero de la catedral, por derecho que parec& 237;a vinculado en ...
... . Ésta, que por casarse bebía los vientos, desplegó todo su talento y trastienda para cautivar el ánimo del clérigo, hombre sencillo y bondadoso que fácilmente vio en la buena moza una Hija Pródiga ...
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